Música

Cuando terminé con mi exnovio una buena amiga, muy religiosa, me aconsejó no escuchar música, porque el diablo se valía de ella para atormentarme con dolor.
Yo que soy terca no hice mucho caso y aunque si había canciones que no aguantaba, otras me hacían olvidarme de todo.
Hace poco, caminando con mi ipod, tuve un ataque de felicidad al escuchar música que heredé de otras personas, de antiguos amores y es que no hay felicidad más grande que descubrir que el otro te dejó buena música, librar las canciones de su responsabilidad en el tiempo y del peso de los sentimientos.
Es así como esta es una pequeña muestra de las canciones heredadas y que ya no tienen ningún peso encima, más allá de ser buena música.









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