La deuda del café

Un café siempre espera. Hablamos con miles de personas a diario y prometemos cafés como si fueran ilusiones, charlas imaginadas a futuro que nadie, o bueno, la mayoría no cumple.

"¿Te parece bien si nos tomamos un café?"

Prometemos cafés a amigos, a conocidos, colegas del presente y pasado y hasta a familiares, pero difícilmente se habla de fechas o se cumplen las citas. 

"Claro, luego cuadramos para tomarnos un café y hablamos"

Hay dos tipos de café que se prometen: el café diplomático, promesa que nunca será cumplida, o el que realmente quieres que suceda. 

"¿Café? De una, cuándo digas"

El café diplomático suele prometerse a personas con las cuales no tenemos casi contacto, amistades olvidadas, gente con la que hemos cortado comunicación o casi no hubo en su momento. Se habla de ponerse al día alrededor de una taza de café. Este café suele tener intereses ocultos, búsquedas de trabajo, networking, por qué realmente ¿para qué queremos volver a hablar con alguien que hizo parte de nuestra vida hace 10 años y de la cual uno no volvió a saber nada, sino hasta que el mágico Facebook nos volvió a contactar? Suena antipático, por eso existe el café diplomático, para no decir la verdad. 

"Me interesa tu vida (lo juro), pero realmente tengo mejores cosas que hacer que sentarme a tomar café contigo". 

El café que se paga: cumplir con las promesas, atrevernos a hacer algo que no haríamos y en verdad querer escuchar al otro, respetar citas. Este caso requiere de esfuerzo, dejar la pereza de salir de la casa, estar dispuestos a dejar de conformarnos y enfrentarnos a lo nuevo. Los resultados pueden ser sorprendentes, el café se puede convertir en un terremoto ya que te hace pensar en situaciones lejos de tu cotidianidad, así mismo, puede llevarnos a recordar ponernos en los zapatos de quienes fuimos y por último, podemos descubrir al otro.  

Es muy posible que después del café la amistad vuelva a ser inexistente, pero también que lo que nos deje el encuentro sea novedoso.

"Le dije que nos tomáramos un café, obvio cuando llegó el momento me sacó mil excusas, hasta que me puse brava y lo obligué a cumplir la cita y no sabes el personaje..."

Se puede cambiar el café por un cerveza y se cumple igual. La diferencia radica en que la cerveza es más usada entre hombres, que entre mujeres.

" Eso, nos vemos y nos tomamos unas cervezas"

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