Delirio de diva rubia
Los humanos tenemos un instinto de supervivencia que se activa no solo en los momentos de peligro, sino cuando más mal nos sentimos. Este sentido en el caso de la tusa puede llamarse "delirio de diva rubia", ¿porqué? Voy a pasar a explicarlo:
1. Actúas de forma banal para no pensar en nada:
Desde el principio de los tiempos, Shakespeare, Cleopatra y hasta presidentes de grandes naciones, han sufrido de las conocidas preguntas espiral, al terminar una relación. Se tratan de todas las dudas que nos nacen y que claramente no tienen respuesta: ¿Porqué no me quiere?, ¿porqué me dejó?, ¿qué tiene ella que no tenga yo?, ¿será que soy mala en el sexo?, ¿qué fue lo que realmente le molestó?, etc. Son en espiral, porque una lleva a la otra, pero de respuestas, nada de nada.
Otros pensamientos dañinos que acompañan esta etapa incluyen: qué hubiera pasado si..., cómo hubiéramos sido..., si no hubiera discutido por eso..., si hubiera reaccionado diferente..., todo lo que nos faltó por vivir, y recuerdos de buenos momentos que nos atormentan, porque llevan a preguntarse ¿cómo es posible que la hayamos pasado tan bueno y no hayamos logrado superar ESA discusión?
En el momento en el que estamos más desesperados, se activa el delirio de diva, la mente se apaga y nos volcamos a la banalidad para dejar de pensar: te metes al gimnasio, haces zumba, trotas o montas bicicleta, en realidad cualquier ejercicio que nos de un poco de endorfinas; vas a la peluquería, si es necesario buscas un cambio extremo; te compras ropa, en realidad compras sin remordimiento cualquier cosa (el PS4 que querías desde siempre), porque la adrenalina que se activa con cada compra la necesitas en este momento (Pequeños orgasmos).
2. Vuelven las salidas entre semana:
Vuelves a conocer los happy hour de los bares, sabes de descuentos en comida siempre y cuando compres cocteles y conoces los descuentos en noches de partidos. No rechazas ningún plan para distraerte, bien sea: hacer vueltas, ver fútbol, trabajos extras (esto es bastante positivo dado la economía de la tusa, en la cual los gastos se desbordan), ser niñero(a), o ir al banco.
En una de estas salidas te das cuenta que superaste el cupo de la tarjeta de crédito y tienes que negociar un préstamo de último momento con tus amigos para pagar la cuenta. Entonces te golpea la realidad: es más grave quedarse sin plata que sin novio.
4. Viajar:
Entre la distracción existen las fiestas de las ciudades intermedias, comienzas a salir todos los fines de semana a cualquier ciudad aledaña, los festivales de la papaya, la yerbabuena o el ají, los celebras casi como si fueran carnavales internacionales, y si llega un guayabo moral o depresivo, terminarás comprando pasajes a cualquier país del mundo tal cual la mismísima Paris Hilton.
5. Cambia el género de las películas:
Todo lo que sea terror y comedias NO románticas, comienza a hacer parte del repertorio de películas. Este punto es muy importante para conservar un poco la cordura un domingo en la tarde o el mismo sábado solitario, que comienza a parecer domingo.
La imaginación no te abandonará, así que mientras piensas en como involucrar a tu ex en la masacre que ocurre en la pantalla, también te das cuenta de que has perdido el miedo.
6. Rodearse de gente sin rollo:
Lamentablemente las amistades que tienen relaciones amorosas estables, no son las más adecuadas al momento de terminar. La prosperidad amorosa que rodea a alguien en una tusa, puede ser problemática, ya que los besos ajenos y las palabras dulces llevan a un recordatorio de lo vivido, de lo perdido, y no es envidia, es pura y física tristeza, nostalgia y ganas de salir corriendo a decir "perdóname, volvamos", así no haya nada que perdonar y por supuesto si uno fuera totalmente racional, nada por lo que volver.
Las mejores amistades en el momento de una tusa, son aquellos que no tienen rollo para: salir entre semana, salir sin pareja, mamar gallo, hablar de cosas banales (recuerden uno lo que no quiere es pensar), que se tome unos tragos contigo, que sepa desviar las conversaciones en el momento en el que se te aguan los ojos, que te lleven a cine, a fútbol, que se tomen un café, un helado un almuerzo. Todo aquel que se tome el tiempo de acompañarte, hablarte, escucharte, sin el afán de "ya viene mi amor a recogerme", te hará bien.
7. Rodearse de gente sin rollo versión 2.0:
Volver a redes sociales creadas para conocer gente como Tinder, puede ser una distracción para los momentos más bajos. Comenzar conversaciones con desconocidos que no saben tu historia, que no saben que tan expuesto y vulnerable estás, pero que te hacen propuestas y comentarios que te suben el ánimo ("que bonita sales en esa foto", "te ves muy sexy", "¿nos conocemos?).
8. Te crees lo mejor del mundo, único(a) y exclusivo(a):
Para darte ánimos a ti mismo comienzas a resaltar todas las cosas buenas que tienes por dentro, un listado interminable que va desde "soy bonita, chistosa, inteligente", hasta "que bonita cicatriz tengo en la panza, como me gusta ese lunar que nadie puede ver". En mi caso me doy besos a mí misma y me felicito por ser yo.
Claro que todo este discurso de como me quiero, a veces está acompañado de un final cuestionable: "Si soy tan perfecto, ¿porqué el otro no me quiere?" y vuelven las preguntas espiral, para volver a comenzar.
A pesar de activar el modo rubia, hay un momento en el que las neuronas vuelven a estar en shock, las inteligentes se echan a llorar mientras miran pasar un desfile de neuronas brutas con pancartas que dicen "TE EXTRAÑO", "ME HACES FALTA" con imágenes de los mejores momentos vividos. Recomiendo que en esos días de procesión, en los que uno recae en los malos sentimientos, vuelvas a este blog y comiences de nuevo con el delirio de diva rubia. PARA DE PENSAR.
1. Actúas de forma banal para no pensar en nada:
Desde el principio de los tiempos, Shakespeare, Cleopatra y hasta presidentes de grandes naciones, han sufrido de las conocidas preguntas espiral, al terminar una relación. Se tratan de todas las dudas que nos nacen y que claramente no tienen respuesta: ¿Porqué no me quiere?, ¿porqué me dejó?, ¿qué tiene ella que no tenga yo?, ¿será que soy mala en el sexo?, ¿qué fue lo que realmente le molestó?, etc. Son en espiral, porque una lleva a la otra, pero de respuestas, nada de nada.
Otros pensamientos dañinos que acompañan esta etapa incluyen: qué hubiera pasado si..., cómo hubiéramos sido..., si no hubiera discutido por eso..., si hubiera reaccionado diferente..., todo lo que nos faltó por vivir, y recuerdos de buenos momentos que nos atormentan, porque llevan a preguntarse ¿cómo es posible que la hayamos pasado tan bueno y no hayamos logrado superar ESA discusión?
En el momento en el que estamos más desesperados, se activa el delirio de diva, la mente se apaga y nos volcamos a la banalidad para dejar de pensar: te metes al gimnasio, haces zumba, trotas o montas bicicleta, en realidad cualquier ejercicio que nos de un poco de endorfinas; vas a la peluquería, si es necesario buscas un cambio extremo; te compras ropa, en realidad compras sin remordimiento cualquier cosa (el PS4 que querías desde siempre), porque la adrenalina que se activa con cada compra la necesitas en este momento (Pequeños orgasmos).
2. Vuelven las salidas entre semana:
Vuelves a conocer los happy hour de los bares, sabes de descuentos en comida siempre y cuando compres cocteles y conoces los descuentos en noches de partidos. No rechazas ningún plan para distraerte, bien sea: hacer vueltas, ver fútbol, trabajos extras (esto es bastante positivo dado la economía de la tusa, en la cual los gastos se desbordan), ser niñero(a), o ir al banco.
En una de estas salidas te das cuenta que superaste el cupo de la tarjeta de crédito y tienes que negociar un préstamo de último momento con tus amigos para pagar la cuenta. Entonces te golpea la realidad: es más grave quedarse sin plata que sin novio.
4. Viajar:
Entre la distracción existen las fiestas de las ciudades intermedias, comienzas a salir todos los fines de semana a cualquier ciudad aledaña, los festivales de la papaya, la yerbabuena o el ají, los celebras casi como si fueran carnavales internacionales, y si llega un guayabo moral o depresivo, terminarás comprando pasajes a cualquier país del mundo tal cual la mismísima Paris Hilton.
5. Cambia el género de las películas:
Todo lo que sea terror y comedias NO románticas, comienza a hacer parte del repertorio de películas. Este punto es muy importante para conservar un poco la cordura un domingo en la tarde o el mismo sábado solitario, que comienza a parecer domingo.
La imaginación no te abandonará, así que mientras piensas en como involucrar a tu ex en la masacre que ocurre en la pantalla, también te das cuenta de que has perdido el miedo.
6. Rodearse de gente sin rollo:
Lamentablemente las amistades que tienen relaciones amorosas estables, no son las más adecuadas al momento de terminar. La prosperidad amorosa que rodea a alguien en una tusa, puede ser problemática, ya que los besos ajenos y las palabras dulces llevan a un recordatorio de lo vivido, de lo perdido, y no es envidia, es pura y física tristeza, nostalgia y ganas de salir corriendo a decir "perdóname, volvamos", así no haya nada que perdonar y por supuesto si uno fuera totalmente racional, nada por lo que volver.
Las mejores amistades en el momento de una tusa, son aquellos que no tienen rollo para: salir entre semana, salir sin pareja, mamar gallo, hablar de cosas banales (recuerden uno lo que no quiere es pensar), que se tome unos tragos contigo, que sepa desviar las conversaciones en el momento en el que se te aguan los ojos, que te lleven a cine, a fútbol, que se tomen un café, un helado un almuerzo. Todo aquel que se tome el tiempo de acompañarte, hablarte, escucharte, sin el afán de "ya viene mi amor a recogerme", te hará bien.
7. Rodearse de gente sin rollo versión 2.0:
Volver a redes sociales creadas para conocer gente como Tinder, puede ser una distracción para los momentos más bajos. Comenzar conversaciones con desconocidos que no saben tu historia, que no saben que tan expuesto y vulnerable estás, pero que te hacen propuestas y comentarios que te suben el ánimo ("que bonita sales en esa foto", "te ves muy sexy", "¿nos conocemos?).
8. Te crees lo mejor del mundo, único(a) y exclusivo(a):
Para darte ánimos a ti mismo comienzas a resaltar todas las cosas buenas que tienes por dentro, un listado interminable que va desde "soy bonita, chistosa, inteligente", hasta "que bonita cicatriz tengo en la panza, como me gusta ese lunar que nadie puede ver". En mi caso me doy besos a mí misma y me felicito por ser yo.
Claro que todo este discurso de como me quiero, a veces está acompañado de un final cuestionable: "Si soy tan perfecto, ¿porqué el otro no me quiere?" y vuelven las preguntas espiral, para volver a comenzar.
A pesar de activar el modo rubia, hay un momento en el que las neuronas vuelven a estar en shock, las inteligentes se echan a llorar mientras miran pasar un desfile de neuronas brutas con pancartas que dicen "TE EXTRAÑO", "ME HACES FALTA" con imágenes de los mejores momentos vividos. Recomiendo que en esos días de procesión, en los que uno recae en los malos sentimientos, vuelvas a este blog y comiences de nuevo con el delirio de diva rubia. PARA DE PENSAR.
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