Probabilidades

Lanzó nuevamente el dado. Esperaba una respuesta mágica, un número inexistente en las seis caras del juguete. Volvió a salir el número uno. Era la tercera vez que salía el número, quizá esa era su respuesta, uno. El problema real consistía en conocer la pregunta.

La llamó. Las expectativas aumentaban cada vez que sonaba el timbre al otro lado del teléfono, en la espera volvió a lanzar el dado. Tres. Tres veces uno, una vez tres. Quizá el dado realmente le estaba hablando.

La había dejado de ver durante años y ahora sin razón aparente volvía a aparecer en su vida.

- ¿Aló?
- Hola...
- ¿Con quién hablo?

Tres, el número apareció con un dejo de desilusión.

- Andrés
- ahh hola...
- Pensé que tenías mi número...
- Sí, perdona, se me borraron todos los teléfonos... ¿Cómo has estado?

Cinco, un número primo, un número dispar, un número sin sentido.

- Bien, trabajando y ¿tú?

Seis. Quizá si tuviera otro dado y fuera un doble seis...

- Bien también, ando estudiando y trabajando.
- ¿Sigues escribiendo?

Tres otra vez... más el sentimiento de irse por las ramas...

- Sí, como siempre, tú sabes que eso no cambia. Pero cuéntame, me llamabas para algo en particular

Uno.

- Ehh no, solo que encontré tu teléfono y pues quería saber cómo estabas.

Uno.

- Por qué no salimos a comer y nos ponemos al día, ¿te parece?
- Dale, me parece super...

Dos. Dos. Dos. Dos.

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