Mente abierta


Estando lejos he pensado mucho en que es tener una mente abierta y lo digo no solo por todas las ideas preconcebidas que hay sobre la India en Colombia, sino también por todas las ideas que hay sobre las otras culturas en general (como cuando conviví con chinos y muchos me preguntaban si no eran cochinos o que olían a feo).

Este es mi curso, con la variedad de colores, culturas, religiones y razas que ven 
Me pone inevitablemente triste la prevención sobre lo que no conocemos o creemos conocer simplemente por que los demás lo dicen. Algo así como “crea fama” pasa con todas partes del mundo.
Antes de venir muchos me dijeron que tuviera cuidado con la comida, que todo me iba a hacer daño, que los indios son sucios, que hay machismo, y un sinnúmero de ideas que decidí rechazar de raíz.
Se que es difícil aceptar las diferencias de los otros, incluyendo sabores y costumbres, pero ¿porque juzgarlos sin conocerlos?
Aunque no lo quiera, es inevitable que llegue oliendo a curry, y no porque yo quiera, sino porque cada vez que voy a comer la cocina queda cerca y todo, absolutamente todo huele a curry o a incienso. Algo o todo se me pegará. La buena noticia en contexto es que huelo igual que el resto.
Sobre la comida, efectivamente es picante, pero deliciosa. Hasta el momento no me ha hecho daño, claro que cuento con la ventaja de estar en una beca internacional (dirigida a países en desarrollo) por lo que nos consienten con menús menos picantes de lo normal. La cafetería (llamada mess, no se porqué) se divide en dos partes, la comida para todos los que trabajan en el instituto o son estudiantes indios y la de nosotros, los platos en general son los mismos, pero la gran diferencia radica en el nivel de picante de cada uno, sin embargo, cada vez que vamos a comer procuramos mezclar sus sabores con los nuestros.
Solo he comido por fuera una sola vez, visitando el templo Gurudwara Bangla Sahib y no me hizo daño, pero esa experiencia la contaré en otra entrada.
Me cuido de tomar agua de botella o filtrada, pero de resto he estado comiendo normal. Descubrí un mix picante llamado “picadillo de mango” (Mango Pickle) y es delicioso, pero ultra picante, voy a llevar a de regalo cuando vuelva, se que a mi familia le va a encantar. Entre otras maravillas, y si quieren comer muy parecido a lo que estoy probando les recomiendo el restaurante Taj Majal en Usaquén, en Bogotá.
Acerca de si son cochinos o no, no lo se y no me importa. Los colombianos nos sentimos los más limpios del mundo porque nos bañamos a diario, pero ¿han visto nuestras ciudades?, ¿las paredes?, ¿los buses?, ¿las calles? Aquí como en Colombia hay basura en las calles, las personas escupen y se tiran eructos. No encuentro gran diferencia entre ellos y nosotros.


Nuestras ratas voladoras no están tan contaminadas aquí

Acerca del machismo, creo que cuando uno es mujer en cualquier país (hasta en Colombia) se debe cuidar, vestirse respetando las costumbres de los demás (si no usan minifalda, no te pongas minifalda, es mejor).  

Comentarios

  1. Que bueno como escribes, me gusta tu estilo y tu mente abierta a nuevas cosas y experiencias. A nosotros nos encanta el curry y sabores indios. Un abrazo

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