Ciudad de México y el milagro de la amistad

Continuando con las crónicas de viaje llega México, que en realidad fue Ciudad de México y Puebla. Es imposible decir que se conoció un país por tan solo haber visitado algunas ciudades del mismo. Es más, se puede decir que no conozco Colombia, pero ese tema es para desarrollar en otro espacio.

Volvamos a México. El viaje a México comenzó un poco antes de haberlo planeado, pero yo aún no lo sabía. Resulta que en el viaje a Perú, la segunda vez que estuve en Cusco, luego de haber conocido Machu Picchu, me senté a escribir en el museo del Chocolate. Estando allí conocí a una pareja maravillosa de mexicanos, con los cuales además de compartir varios cocteles de chocolate (licor de chocolate y chile, chocolate naranja, chocolate menta y otros tantos mucho más raros) nos pusimos a hablar. Ellos me contaron que en México existe un pueblo mucho más bonito que Cusco: Guanajuato, y me dijeron que si algún día visitaba su país estarían felices de recibirme. Intercambiamos tarjetas de presentación y listo, ni más. Esto ocurrió en agosto de 2015 (Perú - Cuarta parte).

En marzo de 2016 recibí con sorpresa una solicitud de amistad de Facebook. Se trataba de Eren, la mexicana. Estuvimos hablando durante largo rato y se revivió la amistad de una tarde de Perú.

Meses después, buscando pasajes para irnos de vacaciones con Camilo encontramos a Ciudad de México en descuento. Hablamos con Eren para que nos recomendara lugares para quedarnos y visitar y se ofreció a recogernos en el aeropuerto con Toño, su esposo. Para nosotros en ese momento comenzó un viaje inolvidable.

Antes de viajar Camilo tuvo un accidente en bici y se fracturó el codo, por eso todas las fotos sale con el yeso.

La bienvenida 
A pesar de habernos visto solo una vez por 20 minutos, Eren y Toño nos recogieron en el aeropuerto, nos llevaron a comer y nos pasearon por un Mexico de 10 de la noche con un tráfico suave, hasta que nuestro anfitrión de Airbnb apareció un poco borracho por el tequila.

La bienvenida 

El angel de la independencia 



Dia 1 
Nuestro itinerario en México, como en todos los viajes que hacemos, es dejarnos llevar un poco por la ciudad. Toño, que si es estructurado, nos envió un listado de lugares por conocer y recomendaciones de recorrido. Las seguimos con los ojos cerrados, así que nuestro primer día comenzó así:

1. Desayuno de huevos bandera (con salsa verde, roja y blanca, picaba...)
2. Metro: intentar colarnos en el vagón de solo mujeres para ir más cómodos, claramente no nos dejaron.
3. Bosque de Chapultepec: un parque da la bienvenida.
4. Castillo de Chapultepec: alberga un museo de arte y como buen castillo cuenta con lugares increíbles, un salon de murales y espacios amplios.
5. Museo de Antropología: es cierto lo que dicen 4 horas son poco para recorrerlo.
6. Show de danza en el Palacio de la Bellas Artes: hubiera preferido conocer el palacio con un concierto de Juan Gabriel (que por cierto murió cuando estábamos en CMX), el show es un poco largo, pero hay momentos que valen mucho la pena.

Parece que fuera poco, pero en cada lugar nos tomamos el tiempo de estar.


Corredor de murales


Mural de David Alfaro Siqueiros 





El muy reconocido calendario Maya 



Camilo se encontró con unos amigos en el museo 


Mural de Rufino Tamayo en el Museo de Antropología 





Después de visitar el museo, hubo un aguacero que nos retraso la salida. Llegamos al Museo de Bellas Artes por un taxi milagro. Si en Bogotá es difícil coger taxi en medio de la lluvia, imagínense en Ciudad de México.


Mojados, pero felices  

Día 2
Este día estuvimos recorriendo la avenida Madero, una calle peatonal que lleva directo a la catedral. Pasamos por museos (exposición de moda, la sexualidad, diseño, etc) e iglesias en nuestro recorrido.

Antes de entrar a la avenida decidimos visitar "China town" que en realidad es una sola calle 

Vista del Palacio de día 

La entrada a la avenida



Iglesia de San Francisco






Exposición de Moda en el Palacio Iturbide 

Entramos al Museo del Estanquillo. Esta era la vista desde su terraza. 

La catedral. Según los hallazgos arqueológicos en este lugar había una gran pirámide Maya. 



El almuerzo, un Chile Nogada delicioso 

Volvió a llover, nos refugiamos en el Mirador Torre Latino 
Esa noche intentamos salir de rumba, pero en el centro nadie nos supo guiar, así que cenamos en un restaurante con decoración de El padrino y nos fuimos a descansar.


Día 3
En la mañana del tercer día decidimos visitar Xochimilco (o Cochimilco como le decía Toño). Se trata de grandes canales de agua en los cuales aún se conserva la navegación que se supone llevaban a cabo los maya como su principal medio de transporte, ya que en sus tiempo toda Ciudad de México era un gran lago.


Un escarabajo disfrazado de luchador 
 


Dentro de las barcas hay mesas para almorzar y tomar

 

Los mariachis suben en tu barca saltando desde otra barca



Como distracción hay pequeños viveros que se pueden visitar durante el paseo. 


 



Les dejo un video con la experiencia: 



Luego del recorrido, almorzar y tomarnos una michelada (que es una cerveza corona de un litro con picante, sal y limón, bien diferente a la de acá), salimos de Xochimilco rumbo al Museo de Diego Rivera. Por visitar este museo dan gratis la entrada al de Frida Kahlo. Los dos museos valen la pena, es como ver personalidades reflejadas en construcciones y colores. 

Detalle del museo de Diego Rivera, que imita una pirámide. Él estaba obsesionado con el arte maya. 




Para los que se vieron la serie Sense 8 en esta sala graban una de las escenas.
En ella están los planos de uno de los murales de Rivera. 



 

Así, llega Frida con todo el color y frases de un amor trágico inspirado en Diego Rivera y su propia tragedia.




Estar en este museo es recorrer una casa, como si todo lo hubieran dejado quieto después de la muerte de Frida. Todo está lleno de color y detalles. Es posible imaginarla postrada en la cama pintando.  

Un intento por imitar la foto. El texto dice: "(...) has de saber, mi niña, que en mi acumulador de amor hay energía suficiente (...), sin que deje de parecerme que hace apenas cinco minutos que te encontré y que comencé a quererte". 


Del museo de Frida dimos una vuelta por el Mercado de Coyoacán y sus parques. Es muy muy bonito, perfecto para tomarse una cerveza o salir a comer.






Día 4 
Como nuestro cuarto día cayó en sábado, Eren y Toño nos prometieron llevarnos a las pirámides de Teotihuacán, pero ellos hicieron mucho más que eso...

En el carro.
Teotihuacán está ubicado a una hora y media de Ciudad de México. Si no tienen la suerte de contar con unos amigos como Eren y Toño y no alquilaron carro, en el centro del CDMX se puede tomar un bus.

Teotihuacán está compuesto por una serie de pirámides, las dos más grandes son las del Sol y la Luna. 




 

La pirámide que ven al fondo es la del Sol, y por este lado subimos a la dedicada a la Luna. Los hallazgos arqueológicos en esta zona no paran. Dicen que casi las montañas que uno ve, son pirámides ocultas.

 

La vista desde la pirámide del Sol, al fondo la de la Luna. en medio del complejo también se acceden a centros de culto que aún conservan pintura original y esculturas de la serpiente emplumada Quetzalcoatl.

Una pequeña muestra de lo increíble que son las pirámides.
Da para imaginar como fueron.  
De Teotihuacan salimos a ver los Atlantes de Tula, una especie de Totems gigantescos. Pero antes de llegar probamos el Pulque, una bebida hecha de cactus, para mí que no soy amante del dulce al natural me supo mejor, pero para disimular el sabor a mata la toman saborizada.  


Los Atlantes están super bien conservados.
Según entendí eran guardianes, por eso las distancias entre Teotihuacán y Tula. Pasa un poco lo mismo que con MachuPichu y los Incas, todas las construcciones pertenecen a un grupo más grande, construcciones que se interconectaban por caminos, en este caso, de agua



 



La entrada a los Atlantes está rodeada por un jardín de cactus, lo que más me sorprendió (además de la variedad) fue los letreros advirtiendo la presencia de culebras cascabel.  

 




Antes de volver a CDMX fuimos a almorzar. Yo elegí el plato más delicioso y picante que he probado en mi vida.



Se trata de un chanco de piedra caliente con pollo en la salsa roja picante, con pedazos de nopal (para bajarle el picante). En serio, estaba delicioso, pero bastante fuerte.

Al volver a CDMX Toño y Eren nos llevaron a la plaza Garibaldi, para entrar al Museo del Tequila. En serio, han sido los mejores anfitriones del mundo, ya que aguantaron el sol de todo el día y el cansancio, para continuar recorriendo con nosotros.











No podíamos visitar la tienda del Museo y salir con las manos vacías. Si hubíeramos tenido más plata no duden hubíeramos comprado mucho más. Este mezcal sabía a humo. Delicioso. 


Así fue el brindis con la muestra. 


Después del museo y comprar un delicioso mezcal entramos a Tenampa, que se supone fue el "bar" que le dio su fama a la Plaza, ya que todos los mariachis se reunían allí a esperar a los clientes.


No hace falta decir que tomamos tequila. 
 


Les dejo un video de nuestra salida, en la que se alcanza a ver como es el sitio por dentro y el ambiente que se siente.






Día 5
Eren y Toño nos recibieron esta última noche en el DF en su casa. Desperté con el guayabo del pulque, cerveza, mezcal y tequila. Para recuperarnos desayunamos unos taquitos deliciosos y un caldito de nopal. De allí salimos al mercado de artesanías, para luego pasar al centro de la ciudad al Museo del arte Popular, y al Templo Mayor, que es la prueba reina de que en donde está la catedral posiblemente había una pirámide Maya.
Un bocho con arte huichol (chaquiritas pegadas con precisión, arte realizado por una de las tribus indígenas)

En la Oficina Postal, un edificio super bonito. 


Entrada del templo mayor 
 La importancia del Templo Mayor (descubierto en 1978) se da porque es la prueba fehaciente de que en lo que hoy es el centro de la ciudad también existieron pirámides. Este museo en especial, combina la zona arqueológica con la exposición y se encuentran monolitos gigantescos.





En la noche, nosotros debíamos viajar a Puebla, pues Eren y Toño nos llevaron hasta allá. Gracias a ellos, porque con su amabilidad, confianza y amplitud hicieron de nuestra estadía en México un lugar mucho más inolvidable, porque ahora tenemos amigos que visitar y porque nos demostraron que existen personas sorprendentes.

Los esperamos en Colombia.

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