Hormonas femeninas en el cine (de la serie de entradas huecas)
Fui a ver 50 sombras más oscuras, la segunda parte de 50 sombras de Grey (recordemos la entrada que escribí en ese momento aquí) y pues bien me encantó. No crean que la película es buena, no lo es, me gustó fue por contexto, me explico, el cine era un mar de hormonas femeninas convencidas de que esta trilogía de "cenicienta erótica" podía convertirse en su realidad paralela.
Para las mujeres es un placer ver al protagonista, pero el gusto de ver a un hombre lindo se complementa con una historia cursi y fantasiosa: este hombre es un millonario que decide darle plata al tutiplen a la mujer, le regala un closet lleno de ropa interior "fina" y vestidos de la más alta calidad y para rematar, este hombre se muere por ella al punto que cae rendido a sus pies para convertirse de dominador a dominado.
Todo esto hubiera hecho parte de una película cualquiera si el cine no hubiera estado acompañado por "ayyy" tierno, un "ohhh" dicho con anhelo y un "uyy" de deseo. La sala entera era un solo murmullo que aumentaba su volumen con cada nueva escena, tras de la cual todas soltábamos la risa.
La protagonista no es buena actriz así que hasta produjo risas cada vez que intentó llorar o demostrar su preocupación por el buen Grey.
No obstante, tremendo novelón me dejó una que otra enseñanza que pueden parecer el descubrimiento del agua tibia:
1. No queremos hombres débiles: cuando Grey cae rendido a los pies de Ana un grito en coro de "NO" irrumpió la sala de cine. A las mujeres no nos gusta alguien que no logre sostener la tensión, nos gusta un "sí" acompañado de un "ven y búscalo", no nos gustan los peleles que podamos manipular, nos gusta el carácter aun cuando está lleno de consentimiento.
2. Nunca sobra la ropa: otro momento de "uuyyy" en la película ocurrió cuando Ana conoce el closet lleno de vestidos de fiesta. La ropa siempre nos va a atraer.
3. Aunque tener una tensión sexual mayor que en la primera película no lo lograron mucho, sin embargo la película alcanza a rallar un poco en soft porn, hay que resaltar que tiene mejores escenas de sexo que la primera parte, aunque de sado nada.
Para las mujeres es un placer ver al protagonista, pero el gusto de ver a un hombre lindo se complementa con una historia cursi y fantasiosa: este hombre es un millonario que decide darle plata al tutiplen a la mujer, le regala un closet lleno de ropa interior "fina" y vestidos de la más alta calidad y para rematar, este hombre se muere por ella al punto que cae rendido a sus pies para convertirse de dominador a dominado.
Todo esto hubiera hecho parte de una película cualquiera si el cine no hubiera estado acompañado por "ayyy" tierno, un "ohhh" dicho con anhelo y un "uyy" de deseo. La sala entera era un solo murmullo que aumentaba su volumen con cada nueva escena, tras de la cual todas soltábamos la risa.
La protagonista no es buena actriz así que hasta produjo risas cada vez que intentó llorar o demostrar su preocupación por el buen Grey.
No obstante, tremendo novelón me dejó una que otra enseñanza que pueden parecer el descubrimiento del agua tibia:
1. No queremos hombres débiles: cuando Grey cae rendido a los pies de Ana un grito en coro de "NO" irrumpió la sala de cine. A las mujeres no nos gusta alguien que no logre sostener la tensión, nos gusta un "sí" acompañado de un "ven y búscalo", no nos gustan los peleles que podamos manipular, nos gusta el carácter aun cuando está lleno de consentimiento.
2. Nunca sobra la ropa: otro momento de "uuyyy" en la película ocurrió cuando Ana conoce el closet lleno de vestidos de fiesta. La ropa siempre nos va a atraer.
3. Aunque tener una tensión sexual mayor que en la primera película no lo lograron mucho, sin embargo la película alcanza a rallar un poco en soft porn, hay que resaltar que tiene mejores escenas de sexo que la primera parte, aunque de sado nada.
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