Experiencias sado - no tan sado

Hace poco un amigo me contó que ha comenzado a implementar un poco de fuerza en sus relaciones sexuales, una nalgada, un apretón, un mordisco.

Sin embargo en medio de su innovación una mujer lo dejó a medias: literalmente se paró, se puso los cuquitos y lo dejó izando bandera, ¿la razón? intentó hacer una jugada maestra. Para describir la escena debo pedirle a los lectores que se imaginen una playa desierta, ella encima de él en la arena... arriba, abajo, un poco de movimiento de cadera y en un giro inesperado, él la toma de las nalgas y la pone sobre su boca.

La jugada era evitar que se viniera por la penetración, sino hacerlo en la boca. Él no sabe que le molestó a ella, quizá unos dientes mal acomodados, un pellizco desintensionado, o la cogida de nalgas basta, la cosa es que como lo dije antes, la nena se paró, cogió sus cuquitos y con la sentencia "¿por qué eres tan basto?" lo dejó solo en la playa.

Esto me hace pensar también en la evolución de las relaciones, una amiga de una amiga tuvo una experiencia sado, en medio de la emoción de los besos la comenzaron a ahorcar... Él muy excitado, ella no tanto... No pasó a más, pero ¿qué es lo que excita en la violencia? Quizá sea otra de las herencias del porno o quizá sea el afán de estar con el otro, sentir tanta necesidad de terminar lo comenzado que no medimos la fuerza de los mordiscos, pellizcos, palmadas, penetración...

Otra experiencia que también me llegó trata de una mujer a la que le gustaba que la insultaran, no el dirty talk de "como estas de buena", sino del tipo "hijueputa, malparida", etc... El problema es que el protagonista de mi historia, con cada grosería que decía le daban ganas de pegarle a la vieja, así que terminó totiado de la risa y dejando el acto a la mitad... Que falta de seriedad. 

Yo creo que hay espacio para todo, mientras haya confianza entre dos personas, el sexo fluirá suave o fuerte, todo depende del día.  

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