Hong Kong: abruma y fascina

Llegué a Hong Kong con poco conocimiento de la isla, es decir conocía lo que los chinos me habían contado desde su perspectiva: que Hong Kong era rancho aparte.

Es una ciudad que abruma porque son solo rascacielos, y está llena de publicidad y avisos. Gente, gente y más gente, no hablan inglés, lo balbucean, entonces uno solo tiene que decir palabras claves para hacerse entender. Además, a las personas y los edificios se suma la temperatura, calor pegajoso.



Como comerciantes son los mejores. En HK hay muchos mercados callejeros para visitar, y es como una preparación para ir a negociar en Estambul.



Claramente visitamos el gran buda, templos, jardines, la bahía, the peak y comimos en la calle, aunque nos faltó. De alguna forma siento que cada vez que dejo una ciudad me faltaron cosas por ver, como si las 18 horas diarias que me paso caminando, recorriendo, viviendo, no fueran suficientes.




En Escocia conocí a un italo-canadiense y el decía que yo era una "go, go, go girl" que nunca me estaba quieta en un solo sitio, y a pesar de eso, siento que me falta.
Me gustaría tener un guía local, no turístico, alguien que te mostrara sus lugares favoritos o lo que siente que es extraordinario, para que todos los sitios tuvieran no solo un sentido... es un poco la historia que ocultan (y me refiero a las historias cotidianas).

No obstante si hago el recuento he recorrido mucho y ahora cada lugar tiene una historia mía para contar.




  

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