Mensajes
Mi cuenta de correo está a reventar. Una barra rosada ilumina la pantalla cada vez que entro recordándome que es posible que deje de recibir correos porque no tengo espacio. Ese espacio imaginario llamado la nube. ¿Quieres ampliarlo a 100 gigas? ¿Quieres ampliarlo a 1000 teras? Nunca será suficiente.
La nube es como el closet en el que dejamos todo lo viejo, lo que ya no queremos, pero tampoco somos capaces de botar, por si acaso o porque todavía puede servir para algo. Nos volvemos acumuladores digitales sin querer.
Así que mi letrero rosado me obligó a enfrentarme al correo: decidí limpiar mi mail. Claramente comencé de atrás para adelante con los mensajes de 2005 (aclaro este no fue mi primera cuenta de correo, pero si es la que más tiempo ha permanecido activa). Los descubrimientos, aunque obvios en algunos casos, no se hicieron esperar.
Una primera conclusión es que estoy casi segura de que en un inicio no tenía Facebook ya que tengo un montón de correos con mensajes en cadena, presentaciones de Power Point y chistes. Así mismo, encontré miles de cartas de amor, saludos de cumpleaños, fotos, envío de videos de youtube, en medio de correos de bancos, búsquedas de empleo, informes y trabajos de la universidad. Mucho del contenido que hoy en día se mueve por What´s App, messenger, Facebook, Instagram y hasta Twitter.
Algo que me parece muy extraño es que haya usado un correo llamado tatrix5 para enviar y recibir información de las fuentes cuando trabajaba como periodista o para presentarme a empleos. Que irresponsable era con el trabajo...
Borrando mails descubrí que en mi vida siempre he tenido la suerte de que las personas confíen en mí, en mí trabajo, en mis capacidades, en lo que puedo dar. Me abrieron las puertas una y mil veces, me ofrecieron oportunidades laborales, me amaron, me apoyaron, se preocuparon por mí, se interesaron por mí.
Borré tres años de mi vida y equivalieron a 3 gigas, se logró el cometido: ya no tengo ningún letrero fastidioso advirtiéndome la catástrofe de no recibir más mensajes.
La nube es como el closet en el que dejamos todo lo viejo, lo que ya no queremos, pero tampoco somos capaces de botar, por si acaso o porque todavía puede servir para algo. Nos volvemos acumuladores digitales sin querer.
Así que mi letrero rosado me obligó a enfrentarme al correo: decidí limpiar mi mail. Claramente comencé de atrás para adelante con los mensajes de 2005 (aclaro este no fue mi primera cuenta de correo, pero si es la que más tiempo ha permanecido activa). Los descubrimientos, aunque obvios en algunos casos, no se hicieron esperar.
Una primera conclusión es que estoy casi segura de que en un inicio no tenía Facebook ya que tengo un montón de correos con mensajes en cadena, presentaciones de Power Point y chistes. Así mismo, encontré miles de cartas de amor, saludos de cumpleaños, fotos, envío de videos de youtube, en medio de correos de bancos, búsquedas de empleo, informes y trabajos de la universidad. Mucho del contenido que hoy en día se mueve por What´s App, messenger, Facebook, Instagram y hasta Twitter.
Algo que me parece muy extraño es que haya usado un correo llamado tatrix5 para enviar y recibir información de las fuentes cuando trabajaba como periodista o para presentarme a empleos. Que irresponsable era con el trabajo...
Borrando mails descubrí que en mi vida siempre he tenido la suerte de que las personas confíen en mí, en mí trabajo, en mis capacidades, en lo que puedo dar. Me abrieron las puertas una y mil veces, me ofrecieron oportunidades laborales, me amaron, me apoyaron, se preocuparon por mí, se interesaron por mí.
Borré tres años de mi vida y equivalieron a 3 gigas, se logró el cometido: ya no tengo ningún letrero fastidioso advirtiéndome la catástrofe de no recibir más mensajes.
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