22N - El fin de los noticieros

Una gran tragedia esta ocurriendo en Colombia y ningún medio de comunicación tradicional publica información. Las redes estallan en mensajes dramáticos, llenos de sentimientos encontrados (miedo, desesperación, tristeza, rabia), pero no aclaran nada.

Un medio local transmite lo que sucede en la ciudad, en la capital, mientras el resto del país está a oscuras, como si cada uno solo existiera para sí mismo.

Nunca se escuchó el sonido alarmante del “Ultima hora” ni “Extra, extra”, la información oficial es nula. Discursos del gobierno y la oposición no aclaran nada, los unos parece que dijeran “el tal paro no existe”, mientras que los otros trabajan de carboneros al fuego, incendiando a sus seguidores en cada trino.

Llega la franja de la noche y como loras, repiten lo publicado al medio día, no transmiten en vivo y el cubrimiento regional continúa siendo casi nulo. No es necesario contar que ha pasado en las ciudades porque no ha pasado "nada", es el mensaje tranquilizador que quieren entregar. 

Todos los días estallan bombas, todos los días nos matamos entre nosotros, todos los días saqueamos, amenazamos, nos llenamos de terror.

Nuestra imaginación es constantemente inflada gracias a las noticias falsas, a las redes sociales, a la información no oficial. No desestimo el papel de los medios como canales para mantener la calma, pero el silencio no es la solución y lo que ocurrió el 22 de noviembre de 2019, mientras el pánico recorría varios barrios de Cali, para trasladarse al día siguiente a Bogotá, debió tener un cubrimiento especial por los noticieros. Ni en radio las cadenas de información "serias" reportaron con urgencia los toques de queda, ni dieron calma. 

Al final, solo me queda la duda de ¿para quién trabajan los medios?  

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