Delirio de canchoso (de la serie: Escritos estúpidos y huecos)

Todo el mundo sabe que los perros recogidos de la calle son mucho más amorosos, fieles y leales que los perros finos.

El popular canchoso, enamora con su mirada tierna, con su compañía constante, porque no hay perro que se desviva más por su amo que uno recogido. Los canchosos tienen incorporado el don del agradecimiento, son fieles y protectores sin dudarlo, su personalidad (en la mayoría de los casos) es noble, entregados, viven por y para su amo. 

Pues bien, lo mismo pasa entre los hombres, enamora a un hombre feo y que lo sepa (hay feos convencidos de lo contrario), enamora al rechazado, al canchoso del grupo y seguro te es fiel, entregado, se desvivirá por ti. 

¿Quieres tener a alguien que te consienta? Fíjate en ese que mira hacía el piso porque se pone rojo cuando te mira a los ojos, háblale al más callado de la mesa, roza sin querer la mano de aquel que te ha puesto atención toda la noche, pero no se ha atrevido a hablarte. 

Ahora, el problema radica en que a muchas nos atrae completamente lo contrario. Los hombres seguros de sí mismos, los que tienen poder (sea económico, sean líderes de la manada), los que hablan y nos hacen reír, los que llaman la atención. 

¿Vas por lo seguro o por el alfa?