Reinaldito

Era un domingo de lluvia y frío, de esos en los que ni siquiera dan ganas de levantarse a desayunar y que sólo la idea de ver la final de fútbol mejora el clima y el ánimo, cuando Juan Pablo recibió una llamada de su novia para que la acompañara a Pepe y Baby Ganga a comprar un regalo para un shower que era quince días después.

Juan Pablo protestó: "hay partido", pero ella intensa le insistió tanto que hasta lo recogió para ir. Estando en el almacén y sin tener en donde sentarse, Juan Pablo se alejo de su novia que estaba eligiendo ropa de bebe y paró en la sección de ropa de niños.

La novia, que no lo vio cerca, se le acercó y le preguntó que qué hacía en esa sección, a lo que él respondió con un exagerado nerviosismo "nada.. nada, a mi no me gustan los niños". Así que ella pasó a la siguiente sección de bebes a elegir teteros.

Juan Pablo siguió caminando y llegó a la sección de juguetes un poco desesperado por estar perdiéndose su partido. La novia, que además estaba obsesionada por casarse con él, volvió a encontrarlo y le preguntó nuevamente qué hacía. Esta vez Juan Pablo con tres piedras en la mano y el empute que se siente cuando uno está en el lugar equivocado le respondió:

- ¡Que chimba! que me traes a este plan y no puedo ver juguetes.

- No pero es que es raro, primero la ropa y ahora juguetes, porfa cuéntame porque ves tantos juguetes- le respondió ella.

- La verdad es que hace un tiempo la cague y tuve un hijo en mi ciudad, no te había contado nada porque tenia miedo por ser papá soltero y que las mujeres no me quisieran en un comienzo, y después contigo, que tú me dejaras. Ahorita ando tan pensativo porque la mamá me llamó a decirme que no tiene plata para mantenerlo, y me dijo que sería mejor quedarme con Reinaldito. He estado pensándolo mucho y pues se vendría a vivir con nosotros, si nos casamos.

- No te creo, eso es una mierda

- De verdad, pasó comenzando la universidad, en unas vacaciones, tu sabes el trago y descontrol, pues llegó esta vieja y me la comí. Quedó embarazada y nunca les dije a mis papás, solo saben mis amigos, siempre lo he mantenido oculto. No se si quieres seguir conmigo y ser una familia.

- No te creo nada.

- Llama a mis amigos y verás...

- Bueno

La novia le marca a Alejandro y le pregunta:

- ¿Qué hubo Alejandro?, ¿qué hace?

- Nada, aquí viendo el partido.

- Es que Juan Pablo me está diciendo que tiene un hijo.

- Ahh siiii, Reinaldito.

La novia cuelga y cae pálida en una silla, deja los productos que había elegido y no termina comprando nada.

- Llévame a mi casa.

Callado Juan Pablo obedece pensando en que alcanzará a ver el segundo tiempo del partido. Cuando llegan ella se baja del carro sin despedirse

Al rato y con algo de remordimiento Juan Pablo la llama y le dice que era mentira, que todo era una broma para poder salir del Pepe Ganga y ver el partido.

Lo fantástico de esta historia no es el chiste pesado ni el humor negro, ni la excusa cruel para vengarse de una salida que no quería hacer, es la llamada al amigo.

Años atrás en una borrachera Juan Pablo y Alejandro habían hablado de que si tuvieran un hijo por accidente como se llamaría y llegaron al chiste de Reinaldito. La llamada con la pregunta sobre el hijo de Juan Pablo activó la memoria de Alejandro y respondió justo lo que Juan Pablo le había dicho a su novia.

Así son los amigos, los únicos que tienen tanta conexión, que años después de una conversación de borrachera recuerdan detalles tan absurdos como el nombre de un hijo imaginario de uno de ellos.

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