De noche todos los gatos son pardos

Cuando estaba en la excursión del colegio solíamos decir "tranquila, eso de noche no se ve", a cualquier detalle que pudiera incomodarnos. Pues bien, una amiga hace poco me contó una de las mejores historias que he oído sobre la oscuridad.
Resulta que esta mujer se fue de paseo a un pueblo en ferias. Así una noche, aún sobria, se fue la luz en el pueblo y en medio de la oscuridad ella comenzó a hablar de la vida con un hombre. La voz la cautivó, la conversación la envolvió, hasta que cayó en los labios de este desconocido. Sus besos en la oscuridad fueron mágicos, habían vivido un momento inolvidable, uno de esos momentos que solo pasan una vez en la vida... Hasta que llegó la luz.
El personaje era un hombre FEO, así, con letras mayúsculas. Según mi amiga tenía un afro que solo me puedo imaginar reseco... Lo peor del cuento no es eso, es que al día siguiente, mi amiga se encontró con el personaje caminando por la plaza del pueblo de la mano de su esposa e hijo. ¡Plop!

Momentos mágicos que solo nos da la oscuridad, porque en ella, todos los gatos son pardos.

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