Escocia, los planetas se alínean

Después de pasar una semana en Londres, cuando terminé mi curso de inglés, decidí dejar de ser visita y pasar una semana viajando. Compré mi pasaje en bus nocturno para Edimburgo (son 10 horas de viaje y la idea era dormir toda la noche), así que llegué a Escocia en la mañana de un lunes.

Londres de noche

Y amanecí en Escocia
Edimburgo es mágico, la ciudad se divide por puentes, la parte "moderna" de la ciudad vieja. Al llegar me uní a un tour caminando gratuito en el que me explicaron todo lo relacionado con parte de la historia de la ciudad.

Bobby es el perro que esperó a su amo en la estación de tren durante 30 años (creo) después de muerto. Según los escoceses la película qeu cuenta la historia es muy mala. 

El cementerio de Edimburgo es bastante famoso y muy bonito.

La tumba que inspiró a la autora de Harry Potter.
En medio de la caminata conocí a un italo-canadiense que fue mi compañía durante dos días. Con el decidimos hacer el "Whisky experience", almorzar y salir a tomarnos algo.




Con Sandro (ese es su nombre) nuevamente conocí las ganas de cambiar de vida en otra persona. Su historia es igual de particular a la de miles de viajeros. El atravesó Europa en bicicleta durante dos meses, se quedó en Italia en reunión familiar durante un mes y luego se dedicó a viajar por otros países durante otro mes, para volver a Canadá. Sus pertenencias caben en un morral, dejó todo en Vancouver (vendió todo) renunció a su trabajo y se dedicó a viajar, pero como era amigo de su jefe, habló con él y le dijo, cuando vuelvas te doy otro trabajo, mejor y en otra ciudad. Mientras estaba conmigo buscaba un apartamento en Quebec. Se reía de su suerte y de como sus amigos la envidiaban. El viaje lo hizo buscando respuestas, la claridad mental que solo no ataca cuando estamos solos, la claridad mental que lo hizo romper una relación de 8 años con su ex-novia, luego de estar un fin de semana acampando solo y sin música (el ipod se le quedó sin batería y terminó casi perdido en un bosque de Canadá o algo por el estilo). Ojo, toda esta historia me la contó antes de que yo abriera la boca, es una gran casualidad.
Después de una muy buena noche, nos despedimos sin saber como contactarnos, así que al día siguiente yo (que no duermo nada así esté trasnochada) salí temprano al castillo de Edimburgo. Sobre el castillo tiene la vista más increíble de la ciudad, además de un sinnúmero de museos históricos. En un momento no disfruté tanto mi visita, mi cámara se quedó sin pilas y no pude tomar fotos, además este era como el sexto castillo que visitaba en todo mi viaje, y créanme cuando les digo que las diferencias entre castillo y castillo están solo en las historias que ocultan (quien los ocupó, las guerras en las que estuvieron envueltos), pero al final son todos muy parecidos.
Al salir del castillo fui a almorzar a un restaurante que nos habían recomendado el día anterior y me encuentro con la sorpresa de que al abrir la puerta lo primero que veo es a Sandro, quien también estaba almorzando en el mismo lugar. La casualidad o el destino (que cursi), pero seguimos hablando otro tanto y luego él se devolvió al hostal y yo me fui a caminar por la parte de Edimburgo que me hacía falta, pero quedamos en volver a salir por la noche. En este momento él me llamaba como "go, go go girl, por que no paraba a descansar. Estuvimos en un pub con música en vivo y comimos muy bien. Aquí hago una pausa y explico, mis 6 kilos de más no solo fueron creados durante Turquía y Rusia, la comida en Escocia es absolutamente deliciosa.
Al día siguiente Sandro viajó a Belfast para terminar su recorrido y volver a Canadá y yo viajé en un tour a través de las Highlands.
Las Highlands, que incluyen el famoso Lago de Ness, recorren varias ciudades del norte de Escocia. En el tour conocí a una canadiense llamada Katherine con quien compartí mi viaje.

¡Otro castillo!

En el Lago de Ness (el monstruo lamentablemente se escondió para la foto)

Con Katherine
 Las Highlands me hicieron sentir como en casa, cada media hora cambia el panorama, están llenas de montañas y los verdes me recordaron a la sabana de Bogotá. El guía era un escoces de esos a los que te toca poner atención para entender el acento. Recomiendo el viaje, es histórico y uno se siente parte de la película Corazón valiente (aunque después de oír la historia real descubres que la historia de Mel Gibson es una adaptación bastante dudosa).

En medio de la lluvia 

Famosas vacas peludas de Escocia, la raza por supuesto se llama Highland

Mi guía en su kilt y fumando pipa, ¿qué más escoces puede ser?
El día terminó en la tarde y aunque quedamos en salir de rumba con Katherine, me eché para atrás y me dormí temprano para madrugar y viajar a Glasgow.



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