De abortos y selección natural

Sé que para muchos este tema puede parecer tabú, pero creo que está bien hablar de aquello que nos mueve, tanto la felicidad como la tristeza, y que compartir nuestras vivencias hace parte de un proceso de aceptación y sanación. 

Estuve embarazada en diciembre. Es raro escribir "estuve embarazada", quizá porque nunca llegué a asimilar el embarazo, porque no llegue a sentir la "llamada maternal", y quizá solo cuando ya estaba hablándole a la panza, los bebes (sí eran dos, pero mi médico me dijo que era posible que uno desapareciera) dejaron de palpitar. 

El embrión venía mal y en un proceso de selección natural dejó de crecer. No hubo dolor, no hubo contracciones ni sangre. Tuve un aborto retenido, lo que significa que el embrión se quedó dentro de mi estómago, por lo que tuve que ir a urgencias para que me pusieran unas pastillas que se encargaron de limpiarme por dentro, en este punto debo decir que estuve "de buenas" por que como llevaba poco tiempo de embarazo no hubo necesidad de un legrado (proceso más invasivo y doloroso).  

Cuento esta historia porque una vez que pasó y estuve triste, muchas de mis amigas me comenzaron a contar sus propias historias de abortos, que para algunas fueron procesos naturales (de selección natural), mientras que para otras procesos a los que se sometieron por diversas razones. Para todas fue una pérdida.  

Las historias son infinitas, hay quienes estuvieron embarazadas y solo se dieron cuenta cuando la menstruación llegó especialmente fuerte; otra tuvo seis perdidas de forma natural antes de lograr tener su hijo; una amiga, de una cultura especialmente machista, abortó dos veces, porque no es bueno que una mujer soltera tenga un hijo; otra lo hizo cuando era una estudiante, mientras que otras dos tuvieron que abortar bebés ya desarrollados porque venían mal. El dolor de cada una es individual, yo diría dolores de mujer, más que de madre. 

Quiero quitarle un poco de peso al tema, que cada pérdida sea vista como parte de la historia individual de cada mujer, algo que nos hace más fuertes, más listas para enfrentar el futuro, más conscientes de nuestro cuerpo, de nuestras decisiones.