Amigos

Esta semana comenzó con el vacío que deja la tristeza, que deja la certeza de que no somos eternos.
Mauricio Orjuela, Cachetes, murió por causa de una negligencia médica, un apendicitis mal tratado. He escuchado la frase "nadie se muere de apendicitis" una y otra vez, pero Mauro se murió de eso, así que la sensación de impotencia crece.

En realidad este texto no es un homenaje a Mauricio, claro que me da rabia las circunstancias de su muerte, claro que quisiera gritar por que el sistema de salud en Colombia no sirve, pero creo que mi homenaje no será quejarme de lo injusto que fue su pérdida, ni tampoco será dedicado a lo caballeroso, enamoradizo o buena gente que era Mauro, mi pequeño homenaje es para los que quedamos, y es así porque ya otros han hecho un llamado para que la situación de Mauricio no se repita, la partida de Mauricio traerá consecuencias más grandes de las pensadas, porque desde el Presidente de la República se dio a conocer los errores en su atención médica, hay investigaciones abiertas y ya hay personas gritando por ayuda para no morir de la misma forma que lo hizo Cachetes.

Así mismo, infinidad de mensajes, escritos y especiales en medios de comunicación han resaltado lo mejor de Cachetes y es que era un muy buen amigo. Los invito a visitar el especial que le hizo Radio Nacional:
https://www.radionacional.co/podcasts/especiales-radio-nacional/homenaje-a-mauricio-orjuela-parte-01
https://www.radionacional.co/podcasts/especiales-radio-nacional/homenaje-a-mauricio-orjuela-parte-02

Los que quedamos
La ida de Mauricio me ha hecho recapacitar sobre los amigos, sobre la Nómina del Mal (grupo de periodistas económicos que va más allá del What´s app), sobre los más de 10 años que conozco a mis amigos periodistas.

Yo creo que la Nómina del Mal se fundó el día en que en una capacitación del Banco de la República en Melgar se pidió liquidez a grito herido para referirse al whiskey que se había acabado, o quizá lo hizo en una capacitación de la BVC en Paipa, luego de que el Gordo Espejo mostrara su talento declamando poesía y cantando. Quizá lo hizo en una fiesta de diciembre de ANIF o de APE, pero no hay duda de que a fuerza de vernos cubriendo fuentes y fuera del trabajo, con o sin trago nos llevó a ser amigos.

La nómina (o mejor, sus miembros) han recorrido el país invitados por miles de fuentes, han participado en eventos patrocinados y se han colado en miles de fiestas. Son estos hechos los que han desencadenado miles de historias y amistades duraderas.

Ha tenido miembros honorarios (como Vicky, Hermógenes y Pachón) y miembros que han llegado y se han ido (aunque Cachetes es el primero que nos deja para siempre). Hoy tiene miembros permanentes, que se reúnen casi cada ocho días en un tercer tiempo después de jugar fútbol,  y hasta miembros que hemos intentado ganar representación en la Asociación de Periodistas Económicos. En la nómina hay miembros más unidos que otros, hay historias tipo Melrose Place (que son secretos a voces), videos de borracheras y fotos regadas por todas partes. 

La Nómina ha tenido tres sedes sociales reconocidas, la casa Abrew-Lache en Chapinero y los dos apartamentos de Soto en el centro y en Niza (conocido por ser el centro de remate luego de la fiesta de APE).

Gracias por dejarme hacer parte de tremendo grupo, los quiero para siempre y es mejor decírselos mientras puedan escucharlo. Se nos fue cachetes, pero creo que la mejor forma de mantenerlo vivo es seguir juntos, sumando amistades y recuerdos. Viviendo.



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