Un año de 11 meses
He decidido que el 2018 aún no comienza, que este año solo va a tener 11 meses y que enero es un limbo sin nombre, un piso 13 inexistente en un edificio viejo o la fila 13 en algunos aviones. Existen pero no existen, están ocultos entre el 12 y el 14. Entonces, enero será un mes inexistente, será el tiempo que me tomaré realmente para planear que va a pasar este año.
No quiero que comience el año porque siento que aún no se termina el 2017, que no ha habido un corte y si me traigo los pesos del año pasado este será realmente agotador.
Dicen que el tiempo es un invento humano, que si queremos lo podemos ignorar, ver al cielo y amanecer con el día, ignorar el reloj y saber que es hora de la comida solo porque nuestro cuerpo nos lo pide, entender que el tiempo de los enamorados es diferente al de los trabajadores y dejar que el pasado se revuelva un poco con el presente, sin esperar mucho por el futuro.
Bienvenido mi limbo, mi enero, mi reloj de arena.
No quiero que comience el año porque siento que aún no se termina el 2017, que no ha habido un corte y si me traigo los pesos del año pasado este será realmente agotador.
Dicen que el tiempo es un invento humano, que si queremos lo podemos ignorar, ver al cielo y amanecer con el día, ignorar el reloj y saber que es hora de la comida solo porque nuestro cuerpo nos lo pide, entender que el tiempo de los enamorados es diferente al de los trabajadores y dejar que el pasado se revuelva un poco con el presente, sin esperar mucho por el futuro.
Bienvenido mi limbo, mi enero, mi reloj de arena.
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