32 años: aprendiendo

Esta vez sin piezas originales, vilmente robada de Facebook

Estoy aprendiendo. No lo digo con orgullo ni vergüenza, aunque podría ser un poco humillante admitir lo poco que sabe uno a los 32 años. 

Estoy aprendiendo porque el conocimiento que ya he adquirido comienza a ser aplicado, porque aunque no lo quiera estoy cediendo a reglas sociales, porque aunque a veces me siento un poco tonta, estoy segura que he vivido y se más cosas de las que creo. 

Estoy aprendiendo a ceder un poco, a dejar de ser egoísta, a compartir, a pensar en pareja. 

Llegué a los 32 años bastante baja de ánimo, fue un detenerme y volver a cuestionarme, pero creo que no debería darme tan duro, siento que siempre estamos detrás de ideales impuestos, de ideales sociales, entonces al cumplir años la comparación siempre será contra aquello que pensamos es lo ideal (ideas complejas e independientes para cada uno), quizá por eso tuve un ataque de tristeza completamente absurda. 

Hoy se que mi vida es perfecta en su imperfección, que debemos gozarnos cada pequeño detalle diario, que no vale la pena estancarnos en resentimientos ni tristezas, aprender que cada vez que caemos tenemos más razones para levantarnos que continuar en el suelo. 

La edad no importa, es como se asume la vida y yo sigo para adelante y ante cualquier no, buscar el sí. 

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