Chiste personal

Dibujo hecho por. H Chiquiza

Hace poco estuve en el Festival de Música Clásica en Cartagena, para asistir a las funciones gratuitas era necesario hacer una fila. Antes de comenzar a hacerla alguien me dijo: tómate la foto al lado del escenario (que no se vean las rejas) y publícala en Facebook, así nadie va a poder negar que estuviste en el festival, aunque no puedas entrar. Claro que fue un chiste, preferiría cerrar mis redes sociales, antes que inventar experiencias solo para crear envidia en los demás, pero este hecho me llevó a pensar en como otros están viviendo de esta manera: de apariencias y creando experiencias solo para que los demás los noten.

Antes de comenzar a escribir pensé que se trataba de un querer ser, un wanna be, pero el fenómeno va más allá de eso, es una obsesión por las fotos, las selfies, es guiarse solo por la imagen y mostrarse, casi como si la vida desapareciera si no hay una cámara cerca o si nadie se entera de lo que has hecho.

Hace poco fui testigo de cómo unos amigos se tomaron fotos en un festival de música (tipo Estero Picnic), publicándolas al día siguiente como si hubieran amanecido bailando y se hubieran enrumbado hasta quedar sin sentido, cuando la realidad fue, que aunque sí asistieron al festival, se aburrieron por montones y no pasaron de la 1:00 de la mañana, después de que el único grupo que conocían terminó de tocar.

Peor aún, hay personas que se dejan llevar por lo que está de moda, así que visitan lugares famosos, se toman la foto, la publican en redes sociales y siguen su camino, sin siquiera tomarse el tiempo de vivir la experiencia o de investigar con su estadía el por qué estos lugares son considerados extraordinarios. Quizá sea simplemente que los demás quieren vivir las experiencias de los otros, que si mi vecino visitó una ciudad, una playa, un país, un bar, yo no me puedo quedar atrás y también debo ir, la prueba: la foto.  

El “querer ser” es una cultura de solo mostrar lo que nos conviene, dar a pensar a los otros que somos kool, que estamos siempre en lo último en guarachas. Es una imagen de nosotros mismos, pero quizá sea falsa.

Dibujo hecho por. H Chiquiza

Recuerdo otra historia que me contaron de Chile: Hace un tiempo las personas que pasaban una mala situación financiera iban al supermercado y llenaban el carrito de productos, la idea general era que los vieran comprando, la realidad era que abandonaban el carrito lleno en el medio del lugar. Una imagen como de película zombi.  

Se que el aparentar hace parte del ser en muchas culturas, en ciudades como Barranquilla la gente se moría del calor por no abrir los vidrios del carro y dar a pensar que iban con aire acondicionado. Quizá, como dice un amigo, sea una patología, algo que comienza con una pequeña mentira y termina en una vida. 

Al parecer en Colombia importa mucho más lo que piensen los demás sobre ti que tu propia realidad. Lo triste es que este fenómeno ampliado por las redes sociales, ha comenzado a dejar a las personas sin experiencias, solo apariencias.

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